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Recaer no es un signo de debilidad: ya te levantaste una vez y puedes hacerlo otra vez

Actualizado: 13 nov 2018

Nadie me dijo que esto seria tan difícil, una vez que recorres un camino tan lleno de obstáculos como el camino de la recuperación de los trastornos alimenticios, piensas que no volverás a pasar por ahí. Es cierto que en muchos casos no se vuelve a pasar por ahí y en ocasiones volteas y ves lo que recorriste y te das cuenta que lograste salir adelante de ahí. ¿Pero qué pasa cuándo hay una recaída y ese camino al que le tienes tanto miedo tienes que volver a recorrerlo?


Yo creí que ese camino, el camino de mi recuperación, mi batalla contra la anorexia ya estaba vencida, pero no fue así, me ha costado mucho aceptar este hecho. Al principio me negaba a aceptarlo, después me sentí tan mal conmigo misma, me viví como un fracaso, como alguien que no sabe salir adelante de los problemas. Ahora me doy cuenta que la vida me volvió a poner al principio de este camino para demostrarme que yo puedo con esto y más, que si ya salí de esta una vez puedo volver a hacerlo y aprender cosas nuevas.


Yo no elegí tener anorexia nervosa, mi meta no ha sido ser perfecta, ni verme guapa siempre, bajo un ideal de que entre mas delgada mas hermosa soy. Entiendo que el hecho de que mi huesos se marquen a través de mi ropa no son signo de belleza y mucho menos admiración, son un reflejo de cómo me he sentido muerta en vida y no he sabido cómo comunicarlo. La anorexia nervosa es una enfermedad que padezco, yo no la elegí, yo no elegí ver mi cuerpo distorsionado, yo no elegí odiar la comida, yo no elegí la desnutrición como mi meta, estos son síntomas de una enfermedad, una enfermedad que yo no elegí.


Si elijo enfrentarla, si elijo cuidarme, si elijo hacerme cargo de mi y de mi salud mental. Claro que en ocasiones me cuesta trabajo salir de mi casa y subirme a mi coche para manejar hasta el hospital donde me ven un equipo de especialistas dedicados a tratar trastornos alimenticios, me cuesta trabajo seguir mi plan regular de alimentación y evitar las conductas compensatorias, dejar el ejercicio por mi desnutrición ha sido una decisión muy difícil y a veces no llorar mientras como me resulta inevitable, pero si elijo seguir intentándolo, porque se que me amó, porque se que ya pase por esto y puedo volver a hacerlo.


Recaer no es un signo de debilidad, es una manera de demostrarme que si ya pude salir adelante una vez, puedo hacerlo de nuevo. Aprendo de cada caída, me levanto y continúo en la carrera.


Tania Aréstegui

VALE LA PENA

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